Que a pesar de haber dado muchas oportunidades, tropezando cada vez con una piedra, no logré apartarlas del camino y cada vez que caía resultaba herida. Y así, al final llegué al límite en el que tantas heridas ya no duelen, ya no las sientes, y eso es lo que ha pasado con mis sentimientos, como si se hubieran esfumado, como si hubieran dejado de existir.
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