Seguidores

17 de julio de 2014

Que estas ojeras ya no son por ti chico, son por mi. Por haber creado entre todos poco a poco este desorden mental, este odio propio, esta autoestima inexistente.
A base de insomnio, antidepresivos, heridas, lágrimas, auto-lesiones, psicólogos e incluso psiquiatras y sonrisas fingidas, vivo. Nada ni nadie consigue realmente hacerme sentir bien todo el día o al menos la mayor parte de él. Que si, que mientras hable con alguien que me haga sentir bien, todo perfecto, pero ¿y cuando me quedo sola, mientras duermo, sueño, pienso? ahí me hundo completamente, y sé perfectamente que nadie va a poder sacarme de esta mierda en la que llevo metida años. Di demasiado de mi, para no recibir nada, di cosas que ni tenía para que luego me decepcionaran, para luego terminar herida y llorando.

Estoy luchando en una guerra, en una guerra contra mi misma, donde no encuentro la salida para poder vencer esta depresión, que ni siquiera tengo fuerzas para salir de esta. Es una jodida rutina diaria en donde después de una simple sonrisa fingida hay miles de lágrimas con sentimiento, con dolor, con rabia, pero siguen siendo lágrimas vacías, como yo.
Que a pesar de haber dado muchas oportunidades, tropezando cada vez con una piedra, no logré apartarlas del camino y cada vez que caía resultaba herida. Y así, al final llegué al límite en el que tantas heridas ya no duelen, ya no las sientes, y eso es lo que ha pasado con mis sentimientos, como si se hubieran esfumado, como si hubieran dejado de existir.