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17 de abril de 2011

Hay veces en las que te das cuenta de que no eres tan independiente como pensabas, es entonces, cuando descubres, que si él llora, tu lloras, que si él cae, tú caes, que si él sonríe, tú eres feliz. En ese preciso instante empiezas a numerar los pequeños detalles sin importancia que para ti son tanto; el color de sus ojos, de su pelo, como te mira, su olor, su risa, su voz, sus abrazos, sus besos... Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que ahora, dependes de él, que sin él, ya nada te importa. Y eso es Amor.

Sin él no soy nada.

-¡Eh! Alegra esa cara, no te quiero ver triste, ¡nunca más!
+No puedo...No tengo fuerzas para nada. Él era mi vida, y ahora ¡no está!¿Qué pretendes qué haga?¿Qué ría?¡Eh, venga, vamos a sonreír que se ha ido de mi lado la persona que mas he querido del mundo!No va a volver, se ha ido para siempre,y con él se han ido mis fuerzas, mis ganas de vivir, de ser feliz y mi sonrisa...
-¿De verdad crees que voy a dejar que sufras, por ¡ese!? ¡No, jamás! Te mereces a alguien mucho, muchísimo mejor.
+Pero es que yo no quiero a alguien mejor ¡yo le quiero a él!
-Pues yo voy a cambiar eso.
+¿Cómo?
-Enseñándote que después de la tormenta, siempre sale el sol, y acaba secando todas las lágrimas y haciendo deslumbrar todas las sonrisas.